miércoles, 27 de octubre de 2010

Un libro cualquiera...

Mientras los doctores deliberan, el paciente sufre y en ocasiones se muere. Mientras el mundo llega a su fin para unos, bajo miradas resignadas, otros siguen construyendo el suyo propio como una torre de babel de naipes que tarde o temprano se derrumbará por una carta mal colocada o por su propio peso. Algunos viven en un mundo de fantasía en el cual la única barrera es su propia imaginación limitada por un vago e incierto conocimiento que casi siempre les lleva al error. Hay personas que viven más allá del límite de la vida en las memorias fatigadas de sus amigos y sus más que amigos, y personas que mueren ahogadas en el mar insaciable del olvido sin siquiera haber muerto, mientras los barcos incansables de la esperanza buscan exhaustivamente rescatar a los que todavía se mantienen a flote bajo el fuerte oleaje de la desesperación. Todos ellos están reinados por (estos forman una sociedad supuestamente unida en que reina) un orden caótico que se mantiene en un delicado equilibrio amenazado por la corriente de la inestable historia humana que tiende a repetirse una y otra vez, avanzando inevitablemente hacia su fin como cualquier libro que el hombre ha escrito, aunque nadie lo acepte, pero ¿hay algún libro que no tenga final?

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